María Rosario es una mujer madurita que decide licenciarse en Geografía e Historia. Su tutor le propone realizar su trabajo de fin de carrera sobre los acontecimientos que ocurrieron en España durante la guerra civil y el franquismo.
A María Rosario le atrae esta propuesta porque tiene una cronista especial que le aportará sus vivencias en esta etapa convulsa en España: su yaya Isabel. María Rosario va describiendo, a medida que avanza la novela, la biografía de su yaya con sus momentos de alegría, de felicidad, de tristeza y de terror.
Los relatos son utilizados por la autora para revelar y hacer reflexionar al lector sobre acontecimientos sociales del pasado que hemos querido borrar u olvidar. En tanto que nos adentramos en la historia, aparece una mujer musulmana, Hadiya, que cuida y acompaña a su yaya.
Con Hadiya descubrimos parte de la idiosincrasia musulmana; nos relata los sucesos ocurridos en su vida, su día a día, por qué abandona Marruecos y se instala en el Mar Menor, acontecimientos que narra con mucha tristeza. Nos emocionamos con Hadiya al descubrir su sufrimiento, su fe en Alá y en una faz de cristo. En su historia percibimos su esperanza, su capacidad para adaptarse a situaciones adversar, su resiliencia. Finalmente, a medida que avanzamos en la lectura de la novela, descubrimos una simbiosis de tres mujeres luchadores y empoderadas.