La business judgement rule fue desarrollada en los Estados Unidos de América con el objetivo de proteger la discreción de las decisiones de los directores de empresas en el desempeño de sus funciones. Podemos, pues, afirmar que esta norma consiste en un ejercicio jurisdiccional de control sobre la toma de decisiones de los órganos deliberantes, particularmente de los administradores, basado en la presunción de regularidad de los actos realizados en la vida social de las empresas, abarcando un ámbito muy diverso de control por parte de los tribunales y teniendo en cuenta la presunción de regularidad de los actos de los administradores de sociedades. El principal objetivo de la regla es evitar injerencias de los tribunales y socios en la medida en que puedan sustituir arbitrariamente a los administradores, según sus intereses y decisiones. La doctrina americana plantea dos premisas respecto de la aplicación de la regla de juicio empresarial: la propia naturaleza falible del ser humano y la necesidad de incrementar o racionalizar el negocio sin sobrecargar la máquina judicial. Podemos decir que existen cinco elementos de los que depende la regla del juicio empresarial, consolidados en reiteradas decisiones de los tribunales norteamericanos: 1) la decisión o juicio empresarial, 2) desinterés e independencia, 3) el deber de diligencia, 4) buena fe y 5) la ausencia de abuso de discreción. Finalmente, quisiera llamar la atención sobre lo siguiente: nuestro sistema jurídico continental europeo es un sistema de derecho civil, y el sistema jurídico americano es un sistema de derecho común, y resulta muy peligroso transponer normas que pretenden ser globales en materia de derecho empresarial o derecho corporativo en sistemas tan diferentes en cuanto a cultura jurídica, histórica y sociológica.