El monasterio de la Santa Verónica de Alicante

El lógico deseo de los cristianos de conocer cómo era el rostro de Cristo se entremezcla con la "misteriosa mujer del velo" quien, según la tradición, limpió su cara en la subida al Monte Gólgota quedando la misma dibujada en sus tres pliegues. En el siglo XII se denomina Verónica o Vero-Ikono a una pintura de Roma que se creía ser el verdadero rostro de Cristo y toda Europa peregrina en la Edad Media para contemplar este Rostro.Escondidas de los romanos las reliquias de la vida y muerte de Cristo durante los tres primeros siglos, sufren luego las turbulencias de Palestina: invasiones y arrasamientos de templos (persas, árabes, Saladino, mamelucos, mongoles y túrcos). Por los mil y un vericuetos de la Historia habrían llegado los tres pliegues a Roma, Jaén y Alicante, de lo que quedó constancia en el llamado Milagro de las Tres Faces. Pero desde la llegada de éste a nuestra ciudad (finales del XV), su fama y devoción se extiende por doquier como lo prueba que en la segunda vuelta al mundo de Juán Sebastián Elcano, derrotado por el infortunio en el inmenso Pacífico y próximo a morir, hace reseñar en su testamento que se cumpla por otros la promesa que él tenía hecha de peregrinar a la Verónica de Alicante. Y los cronistas del XVIII dan cuenta de que al pasar los barcos extranjeros "al llegar a la altura que está enfrente del Monasterio disparan sus salvas con sus Cañones o Pedreros".

 

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9788484542223

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Formato

15x21

Páginas

126

Idioma

Español

Edición

1

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